DIARIO DE UN FUNICULAR

La identidad es nuestra marca, y sin marca, no existimos. Debemos tener claro que el nuevo paradigma de la comunicación se está construyendo ahora. En un mundo de cada vez más digitalizado y con el actual auge vertiginoso que está experimentando Internet, se está tejiendo una vida paralela a la que vivimos en la calle: la realidad virtual que nace en la red. Si no existimos en este mar de identidades, no somos nadie. Necesitamos una marca para que nos reconozcan enseguida: nuestra cara en la red.

 

Internet multiplica nuestra capacidad de establecer relaciones y supera los límites naturales de la comunicación: el espacio, el tiempo y el volumen de información. Con Internet parece todo más sencillo, pero sin embargo nuestra identidad se vuelve más compleja. Cada click que hacemos en el infinito mundo de internet es una pieza en la construcción de nuestro cuerpo virtual.

 

Una marca personal no se construye “de la noche  la mañana” sino que se va configurando día a día. Una persona -igual que se baña y viste cada día- debe vigilar su marca diariamente. Es importante que nos identifiquen rápidamente en el complejo e interconectado mundo en el que vivimos. Una marca debe tener unidad para que nos identifiquen rápidamente. Es nuestra cara en Internet, y sólo tenemos –o deberíamos- tener una.

 

Debemos conocer que le podemos aportar al lector, cuál es nuestro rasgo que nos hace distintos ante la multiplicidad de identidades.

 

Podemos determinar que, en la construcción de la marca de un periodista, la honestidad debería significar los cimientos de tal construcción virtual. De cada vez más, los consumidores –tanto de información como de productos físicos- demandarán una mayor transparencia y valorarán conceptos como la confianza, en un contexto de escándalos y abundante información sin contrastar. Es por eso que nuestra marca debería identificarse con estos términos, alejado de intereses personales o comerciales. Así, además de poder realizar un buen trabajo, éste será recompensado y valorado.